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elsaltodelarana

en la obscuridad

En la oscuridad 


Son las tres de la madrugada, despierto, como ya casi todas las 
noches. 

En mi mente, mis pensamientos parecen atropellarse unos contra otros. 
Viene una imagen, se va, viene otra, y luego otra, parece que estoy 
soñando despierto. La confusión es tan grande que desespero y muevo 
la cabeza para tratar de apagarla, para que todos esas cavilaciones 
y sueños se esfumen. 

De nuevo otra imagen que llega a invadir mi tranquilidad y a mi 
espíritu; esta vez son las de mis nuevos vecinos, me inquietan, y 
no sé, el porque de esa inquietud 

Él es un hombre muy alto, muy blanco, demasiado, casi albino, sus 
labios son muy finos, imperceptibles, y de sus manos sobresalen unos dedos largos, huesudos, son tan largos que parecen escapar de sus 
manos y terminan en unas uñas, excesivamente largas.. 
En las pocas oportunidades que lo he visto, va vestido de negro y casi 
siempre por las tardes, ya casi al anochecer. Va mirando; no se con que ojos, porque siempre están ocultos bajo unos lentes de cristales muy oscuros.Pero de nota que se fija en las cosas con insistencia. Parece tener una mirada que penetra las cosas. 

Ella, es diferente es una dama muy sensual, también, muy blanca 
para mi gusto, pero bella, tiene unos ojos grandes y verdes, de un 
verde esmeralda claro, una mirada maravillosa de las que te hacen 
perecer. Pero he notado , en esos ojos, un gris frío, que 
observa dura y filosamente. 

Sus manos y labios van pintados de un color oscuro, produciendo en 
su tez, una extraña palidez cadavérica. 

Su caminar es lo que más me agrada, tiene un dejo al caminar que te hace voltear a mirarla. Es un taconeo martillante y susurrante, agradable, y va a tono con el fru fru de sus ropas. 
Sus labios son sensuales y gruesos, y su pelo, sedoso y de un rojizo 
muy intenso cae hasta los hombros con un corte a lo Cleopatra. 

Son una extraña pareja, él muy serio, todo introvertido y 
circunspecto, ella parece alegre desenvuelta, extrovertida, salvo 
esa singular palidez de ambos que me intriga, e inquieta. 

Esta noche, antes de ir a dormir, siento un raro ruido en el 
exterior de la casa, en el alfeizar; entre el balcón y la ventana, 
siento algo así, como un aleteo seguido de un murmullo de risas, 
pensé...... es mi imaginación. 

De pronto una sombra rompió la monotonía de la luz; luz que viene a 
reflejarse todas las noches en el cristal cuando el sol se retira. 
Parece un ala. Un ala gigante que se estremecía como 
desentumiéndose al empezar la noche. Y se abre como para iniciar un vuelo 

No le di importancia, ruidos y sombras son las que abundan por las noches. 

La de hoy es oscura , no hay luna, y en unos cuantos días ella no 
entrará a visitarme, ni a vestir de plata los objetos de mi cuarto. 

Pienso en el cabello rojo de la mujer, muy rojo, demasiado, es un 
púrpura, me invade una sensación de sangre, son de nuevo imágenes 
que vienen como de secuencia hipnótica. 

No sé como mis extraños vecinos me han impresionado hasta el 
extremo, que esta noche no puedo dejar de pensar en ellos. No puedo dormir 

Otra vez él, lo imagino como si fuese una gran ave, si, su rostro 
parece de ave, su barbilla es hundida, más bien lo relaciono como un gran murciélago, dada su vestimenta oscura, y su cariz sepulcral. 

De nuevo la figura de ella invade mi mente, entra en ella, como una 
gran sabana oscura que todo lo ensombrece, y me pregunto si son, lo que mi instinto me dice, pero mi razón no quiere aceptar........ 

.....Prefiero que sea ella quien me succione la sangre. 

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